domingo, 27 de octubre de 2013

Competencias Médicas: El Arte Perdido (o Nunca Aprendido) de la Documentación



No sé si les pasa a ustedes, pero yo constantemente, tiro por viaje, cuando platico con otros galenos de Ciencia Médica, inevitablemente, en algún punto surge el tema de la falta de investigación, estadísticas, datos, y/o información medica en nuestro país. 

Siempre es la misma cantaleta; para sustentar algún punto de la conversación, alguien (generalmente yo) cita alguna referencia que en el 99% de los casos, es un estudio "multinacional"; entiéndase, más del 80% de los pacientes enrolados son norteamericanos (gringos y canadienses), europeos (del oeste), o asiáticos (japoneses, coreanos y chinos), y el pequeño porcentaje de latinos es mayoritariamente brasileños. Conclusión: ya sabes desde que abres la boca y mencionas al autor del artículo, la típica cara que pone el doctor frunciendo el ceño y estrechando los ojos. En ese momento, sabes que viene la eterna objeción de casi cualquier evidencia que cites: "Bueno, claro, Doctor, eso fue en los estudios internacionales,pero usted sabe que la población mexicana es diferente, y no tenemos evidencia de nuestra población."

Yo, cariñosamente, la llamo "la objeción de la raza de bronce". Es decir, nada en este mundo se puede extrapolar a la población mexicana, porque como los judíos bíblicos, somos la raza elegida, y somos diferentes. Aunque algo hay de cierto en esto, en realidad el punto que quiero enfatizar en este post es el que habitualmente sigue en la conversación, cuando alguien (otra vez, generalmente yo) hace la sugerencia inevitable: "Tiene razón, Doctor, no tenemos evidencia local. ¿Porqué no colaboramos, y vamos publicando su experiencia con sus pacientes?"

Silencio mortal. Estos son los famosos momentos incómodos que a nadie le gustan.

Porque acto seguido, el colega te dirá que si, por supuesto, hay que hacerlo, y la conversación virará hacia algún otro tema trivial, como el clima o la comida, y no volveremos a tocar el punto. ¿Qué paso?

Lo que sucedió fue que éste doctor, como tantos otros, padece de una de las enfermedades más frecuentes en la población médica mexicana: nocibus documentum, osease, la falta de documentación. No quiere entrar en ese tema porque sabe que no tiene los datos para documentar los casos; no tiene un seguimiento estrecho de los pacientes, no porque no lo haga, sino porque no lo documenta. Seguramente le dedica, por lo menos, unos 40 o 45 minutos a cada paciente, haciendo una evaluación completa e integral; pero sólo le dedica un par de minutos a documentar, en la nota médica, toda la información que recopiló, si acaso. Si tiene residentes o internos, es altamente probable que ni siquiera haga la nota él mismo. Y si el paciente se hizo análisis o exámenes por su propia cuenta, algo también común, los resultados se quedan con él, y sólo algunos cuantos llegan al expediente.

Esta, además, es la principal razón por la cual no existen estadísticas, datos e información médica de la población de nuestro país; no tenemos buenas prácticas de documentación, y consecuentemente, no hemos desarrollado una cultura de publicación. Cuando buscamos iniciativas, como la conversación que acabo de describir, aunque exista la voluntad, muchas veces no existen los datos. Y todo nace de una disciplina, una competencia diríamos nosotros en Competencias Médicas, que tenemos que desarrollar.

Hace poco fui a una conferencia de la aplicación llamada Evernote. Quizá la conozcan, o incluso la tengan instalada en alguno de sus electrónicos; hay versiones para todos los sistemas. Básicamente, es una aplicación para tomar notas; cualquier tipo de notas, desde la típica nota escrita, hasta fotos, videos, e incluso dictado. Lo interesante es que después utilizas un buscador, similar a Google, para encontrar la información; tecleas una palabra en el buscador, y te muestra todas las notas que tengan esa palabra, no sólo en el título, sino también en el cuerpo de la nota. Es decir, le puedes decir adiós a acordarte cómo titulaste la nota o dónde la guardaste, ya que también puedes hacer carpetas, si lo prefieres. Además, puedes agregar tags a cada nota, lo que te ayuda a clasificarlas en temas específicos, y eso hace la búsqueda más sencilla. Puedes recortar artículos de internet y guardarlos, y también puedes guardar archivos enteros. Se sincroniza en todos tus aparatos, y desde cualquiera puedes accesar a tus notas. Y posiblemente lo mas increíble de todo, es que es gratis. Es una pequeña maravilla.

¿Porqué menciono a Evernote? Porque me resulta increíble e imperdonable que en una era donde tenemos herramientas tan poderosas como ésta para documentar y administrar nuestra información, sigamos sin hacerlo. Vas a cualquier hospital público, y todavía ves a los pobres residentes quebrándose los dedos para teclear los cientos de notas de sus pacientes en las milenarias máquinas de escribir Olivetti (que dicho sea de paso, la empresa quebró hace más de 20 años). El tiempo que invierten es tiempo perdido de su aprendizaje en Medicina, y la información de los pacientes no está resguardada; ¿cuántas notas y expedientes se perderán diariamente?

Esta tarea usualmente la delegan los médicos tratantes por lo laboriosa que es; pero, ¿qué sucedería si, a la par que el médico le explica al paciente sobre su seguimiento, se graba las palabras del doctor para después integrarlas, automáticamente, en la nota de seguimiento? ¿Si el médico va detallando la exploración física, como suele hacerlo para enseñanza de sus alumnos, y toda esa información se integra en su nota sin mayor esfuerzo? ¿Si agregamos fotos de su dermatitis, para comparar, visualmente, la respuesta al tratamiento? ¿Si se integra en el mismo expediente el video y la interpretación de su endoscopia? ¿O las imágenes de su tomografia? E igualmente se podría integrar toda la información que el paciente, y sus familiares o cuidadores, refieren durante la consulta. 

Todo representa una cantidad sumamente valiosa de información que muchas veces no se documenta. Y una herramienta tan cotidiana como Evernote hace dicha documentación extremadamente sencilla y posible. ¿Sería factible integrar una herramienta de documentación tan poderosa como ésta a la práctica medica cotidiana?

Yo diría que la respuesta es si, pero ¡ojo! Evernote, o cualquier otra herramienta, es solo eso: una herramienta. Facilita la documentación y el manejo de la información, pero no sustituye a la persona que documenta. Si no ligamos avances tecnológicos como éste a una cultura de buenas prácticas de documentación, el trabajo seguirá sin realizarse.

Creo que todos tenemos interés en conocer la realidad médica de nuestro país, y tomar decisiones sustentadas en evidencia de nuestra población. El único camino para llegar ahí es a través de una buena documentación de los datos, y la posterior publicación y difusión de los mismos. Creo que ya se están realizando grandes esfuerzos a través de las encuestas del INEGI y ENSANUT, pero no es suficiente. La cantidad de información útil que se capta por la comunidad médica del país diariamente es invaluable; nos resta buscar la forma de facilitar la documentación y difusión de dichos datos, para el bien de los pacientes y el sistema de salud.


Si quieres conocer más acerca de la aplicación Evernote, y todo lo que puede hacer, ingresa a:



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