lunes, 19 de agosto de 2013

La Evolución de las Especies y sus Habilidades de Supervivencia


No cabe duda que Darwin es uno de los visionarios más grandes en la historia. Estableció el concepto de selección natural, y nos llevó a comprender las bases de la evolución, que hoy es gran parte del sustento de la Genética Humana.

Y así como las especies, nuestro mundo también ha evolucionado. Nuestros abuelos vivieron en un México muy diferente al nuestro, en el cual la formación académica, si acaso tuvieron la oportunidad de estudiar una carrera, no pasaba de la licenciatura. Algunos de nuestros padres completaron sus estudios, y el título de “licenciado” pasó a ser una honorable mención de respeto y autoridad. Y ni se diga del “médico”, que en antaño, y todavía hoy en algunas comunidades rurales, es venerado como un decano y protector.

Esto ha evolucionado. La licenciatura ya no es algo digno de respeto, sino simplemente un requisito con el que se debe cumplir para siquiera poder competir por un puesto de entrada; para tener alguna ventaja, ahora se busca la maestría, y en algunos casos, hasta el doctorado. De igual manera, los médicos generales, en cuanto nos graduamos, inmediatamente comenzamos con el siguiente paso que es la especialidad, a través del sistema ya conocido por todos del ENARM. Y muchos de los afortunados que completan este siguiente paso, incluso no se quedan ahí, y van por la subespecialidad. 

Yo fui parte de este frenesí de acumulación de títulos y conocimientos para poder diferenciarme, y salir adelante; no tengo una especialidad médica, pero si tengo dos maestrías, y recientemente se me presentó la oportunidad de hacer un doctorado. Lo lógico hubiera sido tomarla y llevar esta diferenciación al siguiente nivel, ¿cierto? 

Sin embargo, la rechacé. Porque, por primera vez, evocando a la afamada película The Matrix, me salí de la matriz y empecé a ver el código. Es decir, paré, me senté, y me puse a pensar en toda la inercia que me ha llevado hasta donde estoy ahora. Este nuevo mundo se mueve muy rápido, y a veces pienso que hacemos las cosas, no porque es lo que conscientemente queremos hacer, sino porque la inercia, que es una fuerza sumamente poderosa, nos lleva y no podemos parar.

Todos conocemos el poder de la inercia; es de lo primero que te enseñan cuando aprendes a manejar un coche. Si aceleras y alcanzas una velocidad alta, por más que pises el freno a fondo, el coche seguirá avanzando, por lo menos una distancia adicional. La lección es clara; a mayor velocidad, mayor dificultad para frenar. Todo gracias a la inercia.

Creo que en nuestras vidas esta fuerza también tiene mucho poder, y es por eso que me detuve a pensar si realmente esto era lo que quería. Y la respuesta fue clara: no. Mis intereses, en este momento, están en otro lado, y acumular un título más no me va a acercar, de ninguna manera, a donde quiero llegar.

Piensa y siempre ten presente las fuerzas que están dirigiendo tu vida, porque aunque no lo creas y no las veas, ahí están. Piensa qué te hizo decidirte por Medicina; yo platiqué mi historia en uno de los primeros posts, y respondí esta pregunta de la mejor manera que pude: no lo sé. No estoy seguro qué fue lo que me hizo decidirme por Medicina, y esto me hace reflexionar en las fuerzas que me estaban empujando en ese momento crítico de decisión. Más allá de que la decisión haya sido buena o mala, quizá no fue mía. Quizá fue una decisión por inercia.

Piensa ahora porqué te estas decidiendo por presentar el ENARM y hacer una especialidad. Piensa en tus objetivos en la vida y en tus propias aspiraciones, pero también piensa en las expectativas de los demás. Seguramente te han preguntado 10 mil veces, desde que estudias Medicina, que cual va a ser tu especialidad; está claro que esa es la expectativa de la sociedad. Sólo asegúrate que sea también la tuya.

Y no te decidas por falta de opciones; porque si no haces una especialidad, te vas a "morir de hambre". O peor, vas a terminar de taxista, o como médico del Dr. Simi (con todo respeto a los taxistas y médicos que ejercen en dichos consultorios). Esto no va a suceder; el gran esfuerzo que estamos haciendo con este blog es para demostrarte que esta no es la realidad, y que tienes una gran cantidad de opciones. Es para difundir el mensaje de que los médicos no tenemos porqué tomar la opción "menos mala"; nos matamos estudiando para llegar a donde estamos, y tenemos habilidades altamente valiosas para la sociedad. Lo único que a veces nos falta es la creatividad suficiente, y el valor suficiente, para usarlas. Y por supuesto, creer en nuestro propio valor.

No tomes decisiones por inercia; tienes muchas opciones para elegir tu camino. El Señor Darwin nos mostró que las especies sobreviven gracias a su capacidad de adaptación al medio. Nosotros no somos diferentes; tu tienes habilidades que te permiten adaptarte a las realidades del mundo actual. Si quieres hacer una especialidad por encima de todo, y tienes las habilidades necesarias, adelante. Pero si, en realidad, no es tu máximo en la vida, sea porque tienes otros intereses o cualquier otra razón, no sigas adelante por inercia. Frena; vas muy acelerado, seguro te espera una colisión. Pero si eres firme y, como dicen en nuestro pueblo, "aguantas vara", saldrás ileso del choque. Ileso y listo para tomar o buscar la decisión que realmente quieres, y que te hará feliz.

Piensa a donde quieres llegar. Piensa lo que realmente quieres hacer. Identifica a la inercia; aprende a sentirla. Es mucho mas difícil de lo que suena. Nacimos, crecimos y vivimos con un sinfín de prejuicios, y día a día nublan nuestro juicio, hasta el punto en donde pensamos que es nuestra decisión, solo para vernos mortalmente infelices 6 meses después. Ve la película The Matrix; la realidad es que no hay cuchara. Puedes hacer lo que quieras; todo depende de ti.

Cultiva tus habilidades; te llevarán lejos. Adáptate al medio; no lo puedes cambiar, pero tú si puedes cambiar. Aprende a ser un tiburón, no un dinosaurio; una especie murió hace millones de años, y hoy la veneramos, pero en película. La otra sigue desafiante, creando terror en la especie dominante del planeta, nosotros, cuando osamos deambular en su territorio acuático. Y también la veneramos en película.


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