lunes, 26 de agosto de 2013

Desarrollando Competencias: 10 mil horas para ser Extraordinario

Se ha dicho en la historia que todos nacemos iguales; aunque en esencia esto es cierto, en el sentido que se le dio en su momento para evitar racismo y otras injusticias sociales, sabemos que la verdad innata es que todos somos diferentes. Nuestro ADN es único, y nos diferencia del resto; muy pronto seremos identificables con posibilidad mínima de equivocación.

Sin embargo, a nivel más práctico en la vida cotidiana, ¿qué nos hace diferentes? La mayoría podemos correr, pero, ¿porqué sólo algunos pueden correr 100 metros en menos de 10 segundos? Muchos podemos escribir, pero, ¿porqué sólo algunos escriben novelas o poemas?

Cuentan que la reina Cleopatra de Alejandría solía decir que todos sabemos caminar, pero muy pocos son dignos de verlos caminar; y si alguno ha visto entrenar a las modelos profesionales, sabe que hay algo de cierto en dicha frase.

¿Qué tienen en común correr 100 metros en menos de 10 segundos, escribir una novela y caminar como modelo? ¿Y que tiene que ver esto con este blog? Muy sencillo; cada una de estas actividades son habilidades que fueron desarrolladas. Ningún atleta nació con la habilidad de correr 100 metros en menos de 10 segundos; desarrolló la habilidad. Igualmente el escritor y la modelo; ninguno nació con su habilidad, sino que la desarrolló. Y tan cierto es que no nacieron con el gen de su habilidad, que los hijos de grandes personalidades no necesariamente son mejores, o siquiera tan buenos, como sus progenitores.

Y esto es lo que nos diferencia de los demás; las habilidades que vamos adquiriendo durante la vida. Si te pones a pensar, básicamente a eso te dedicaste los primeros 25 años de tu vida; a desarrollar habilidades para poder desempeñar un trabajo productivo, llámese practicar Medicina y atender pacientes, o cualquier otra.

El problema de esto, como yo lo veo, es que los primeros 20 años los dedicaste a desarrollar exactamente las mismas habilidades de los demás. No es tu culpa; así esta diseñado nuestro sistema educativo, y no voy a despotricar contra él en este momento. Es un simple y sencillo hecho; durante 20 años desarrollaste las habilidades que el sistema considera importantes, y todos lo hicimos por igual.

Ahora, a partir de los 20, empezaste a diferenciarte. Decidiste estudiar Medicina, y eso en si te hizo diferente a una buena parte de la población. Pero no cantemos victoria; esencialmente, seguiste siendo igual que miles de médicos que se gradúan año con año.

Se lo que estas pensando; ahora vamos por el ENARM y me especializo, lo que inherentemente me va a diferenciar. Si, y no, porque también hay una buena cantidad de especialistas para cada rama de la Medicina; algunas mas que otras, y claramente las menos saturadas son mejores oportunidades, pero en todas hay buena competencia. Y aunque te hayas diferenciado del resto de los médicos, sigues siendo esencialmente igual que el resto de los especialistas de tu área terapéutica. Y si optas por la sub, creo que ya sabes lo que voy a decir.

El punto que quiero transmitir es que necesitas algo más; necesitas salirte de la caja. Te acabo de narrar el camino lógico y conocido; no significa que sea el fácil, pero si que es el familiar y obvio. El camino amarillo del Mago de Oz. Lo que yo te recomendaría, es que te salgas del camino amarillo, y busques por otro lado. Porque la triste realidad es que, aunque todos nos sentimos únicos, hay muchos como nosotros; igualmente preparados y con habilidades muy similares. Seremos únicos en nuestro genotipo, pero nuestro “fenotipo de habilidades”, por así decirlo, es parecido.

¿Qué nos queda por hacer, entonces? Desarrollar habilidades diferentes; si vas a correr los 100 metros, tendrías que estar entre los que lo hacen en menos de 10 segundos para destacar, ¿cierto? Igualmente si quieres caminar o escribir, tendrías que hacerlo como Heidi Klum o como Octavio Paz, respectivamente. Cuidado; no estoy diciendo que tienes que ser "el mejor". Esa, para mi, es una concepción errónea; lo que en realidad estoy diciendo es que tienes que ser lo suficientemente bueno, en una habilidad específica, para destacar.

En su libro Outliers, el autor Malcolm Gladwell escribe sobre varios casos famosos de “prodigios”, que poseían habilidades extraordinarias: W.A. Mozart, Los Beatles, Steve Jobs y Bill Gates, etc. Sin embargo, él argumenta que ninguna de estas personalidades eran prodigios, en realidad. Habla de la situación en la cual nacieron, crecieron y se desarrollaron, lo cual los colocó en una situación con ventajas inigualables para desarrollar habilidades extraordinarias. Pero no nacieron con esas habilidades; las desarrollaron y las llevaron a su máximo potencial dedicando cantidades exhorbitantes de tiempo, durante varios años, a su práctica. Y esa, concluye el autor, fueron las verdaderas diferencias; la situación que fortuitamente les tocó vivir, lo que les permitió invertir tanto tiempo en su habilidad, y por supuesto, la disciplina y dedicación para invertir tantas horas a la práctica, y consecuente desarrollo, de su habilidad.

Esto, para todos nosotros, son buenas noticias. Para destacar, no tengo que ser Michael Jordan o Michael Phelps; la conclusión de Gladwell es que no existen los genios y los prodigios. Lo que si existe es gente sumamente dedicada y trabajadora. Si quiero destacar, le tengo que dedicar el tiempo que tanto Jordan como Phelps dedicaron a sus respectivas habilidades. Cualquiera de nosotros puede desarrollar una habilidad que nos permita destacar entre la multitud. Lo que requerimos, es dedicarle tiempo; mucho tiempo. Cantidades ridículas de tiempo. Gladwell lo calculó en 10 mil horas, lo que equivale, más o menos, a unos 10 a 15 años de práctica. Ese es el tiempo que se requiere para desarrollar una habilidad a un nivel extraordinario.

¿10 mil horas? ¿Acaso tengo problemas? No tanto; estudiar Medicina te toma 6, una especialidad 4 y una sub 2. El problema es que, durante todo este tiempo, en realidad estás haciendo muchas cosas diferentes y viendo muchos pacientes diferentes. No estás desarrollando una sola habilidad, sino varias. Ya que tomas un camino, sea cual sea, es cuando realmente empiezan tus 10 mil horas; así que, entre más rápido empieces, más pronto desarrollarás la habilidad que quieres.

Si haces Medicina General y empiezas a dar consulta, de forma constante e ininterrumpida, serás un excelente médico general en relativamente poco tiempo. Si decides especializarte, quizá estás limitando tu campo de acción, pero a costa de varios años de generalizar dentro de tu especialidad. Y lo mismo si vas por la sub, a costa de todavía más años.

Elijas la opción que sea, empieza lo antes posible a dedicar tiempo a desarrollar la habilidad. No pienses que por tener el título ya la tienes; el título solo te da derecho a iniciar. El verdadero trabajo viene después; y entre más pronto inicies, y más horas le dediques, obtendrás el mejor resultado en el menor tiempo, y desarrollarás la habilidad que te permita destacar entre los demás.


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