jueves, 27 de junio de 2013

Viéndome al ombligo

Les parecerá interesante este título o se preguntarán a que me refiero, y sólo para aclarar no es una frase sugestiva ni de doble sentido.
Esta frase me recuerda a uno de mis primeros jefes, que siempre que le presentábamos un proyecto nos preguntaba, eso lo revisaste con tus líderes de opinión, con los pacientes o es algo que decimos mirándonos al ombligo, que se refiere en sí a decir que este proyecto no había sido evaluado por una muestra de las personas a las que iba dirigido o bien a las personas que estarían involucradas en el proyecto. Para fines práctica es una idea en la que SOLAMENTE consideré o tome en cuenta mi criterio.
Antes de meterme de lleno a platicar mi experiencia sobre "verme al ombligo", quisiera poner algunos antecedentes. Todas las personas que damos un servicio, absolutamente todas tenemos un cliente; la Real Academia de la Lengua Española dice: cliente es " La Persona que utiliza con asiduidad los servicios de un profesional o empresa". Si tu tirada es la práctica clínica tus pacientes son tus clientes (más allá de la concepción que cliente tiene desde la perspectiva de negocio), si trabajas en una empresa tendrás clientes internos y externos, los internos son las personas de la misma compañía que requieren de tus servicios y los clientes externos son las personas a quienes están enfocadas las actividades de esa empresa. En mi experiencia particular mi clientes internos eran los departamentos de marketing, de ventas, de capacitación, de investigación clínica y mis clientes externos eran los  médicos en su mayoría, que valga la aclaración, ahora creo que mis verdaderos clientes deberían haber sido los pacientes quienes al final de la historia, son los que se verían beneficiados o no con un nuevo fármaco.
Una vez aclarado esto, quisiera comentarles la experiencia que sufrí hace un par de días y que originó este post. Estoy haciendo un cambio de domicilio para  mi servicio de cable, en teoría me programaron para un día específico entre las 10:00 y las 14:00 hrs, resulta que llegó el día y después de 8 horas de espera, y 6 llamadas con el servicio del call center, tuve que reagendar la cita, pues sin una razón me comentaron que el técnico no podría hacer el cambio. Después de esas 8 horas de frustración, estaba muy molesto y quería descargar mi frustración en alguien. Pero como ya había mencionado después de 6 llamadas logre observar que dentro del menú de opciones, en ningún momento hay una opción de quejas o aclaraciones y al  buscar dentro de su página esta opción, veo que tampoco tienes la opción. Ese departamento que durante mucho tiempo fue odiado, ha empezado a desaparecer de las empresas, y definitivamente no creo que la razón de esto sea por que mejoró la atención, por el contrario más en el afán de hacer caso omiso o desestimar los malos comentarios hacia la compañía.
Esto pone una señal de alerta, pues la empresas que están ofreciendo servicioS empezaron a no escuchar a su cliente, en una postura de "…sólo hay en rojo y en esa talla, lo quiere o no…" y nosotros como consumidores no tenemos otra opción que aceptarlo.
Con este post quiero invitarte a que independientemente de la práctica que tengas,  clínica o no, o que hayas decidido ya no ver pacientes y dedicarte a carreras paralelas en la salud, considera siempre a tu cliente, si es necesario haz grupos donde les des un foro para que puedan expresar sus quejas y necesidades, o bien acércate en petit comite, hazle saber que te interesa y que quieres ofrecerle un buen servicio.
Esto puede hacer que te diferéncieses en tu profesión o carrera, además esto puede catapultarte y meterte en peleas de océanos azules, es decir sin competencia. Una gran diferencia entre los médicos y una carrera comercial o de ventas, es que los médicos trabajan con necesidades, lo difícil es identificar esas necesidades, pero ahí están presentes, contrario a lo que harían esas áreas comerciales, que crean una necesidad, esa necesidad no existe ni existiría si no se hubiera inventado un producto que responda a esa necesidad inventada.
Haz una reevaluación de tu proyecto de vida, identifica a tus clientes, acércate a ellos y escúchalos, no actúen sólo "viéndote al ombligo".     

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