Con este post inicia mi colaboración con el blog.
Enrique y Bernardo me presentaron el proyecto y me hicieron la atenta
invitación para colaborar.
De lo que puedo mencionar es que mi carrera
profesional se ha venido gestando entre la práctica clínica y las actividades
de la industria farmacéutica. Afortunadamente pude encontrar un punto medio
entre ambas actividades y más aún, áreas en común, y esto es lo que quisiera
plasmar para el final de mis comentarios.
Dando seguimientos a los post anteriores, llegamos a
encrucijadas en nuestro camino médico…la primera puede ser: “medicina no era la
carrera que quería estudiar, pero la presión en casa era mayor…”; otra puede
ser como se mencionaba: “no pasé el examen de especialidad…se acabó mi mundo en
la medicina”…y los que quedamos en este momento, creemos que los que si pasaron
están en la gloria…pero…que pasa cuando si bien pasaron el examen nacional de residentes,
las únicas sedes y por ende las únicas oportunidades de realizar la
especialidad los lleva a lugares golpeados por la inseguridad, la falta de
materiales o de infraestructura. Pensemos que hemos vencido el tema de las
sedes, las guardias, la ingratitud de los pacientes…pues se siguen presentando
encrucijadas y se deben tomar decisiones... ¿quiero quedarme en la institución
donde me formé?, ¿quiero dedicarme a la atención institucional o solo a la
práctica privada?... y este tipo de encrucijadas se presentan y se presentarán
en cualquiera de los caminos que tomemos…
Lo importante aquí es saber cómo vamos a resolver
estas encrucijadas, y aquí retomo uno de mis comentarios iniciales. Tanto en el
aspecto clínico como fuera de él, deberíamos saber a qué punto queremos llegar.
En el caso de los clínicos deben tener una visión clara de si su interés es la
asistencia, hay quienes prefieren la docencia y unos pocos la investigación;
tal es el grado de desfase entre nuestros objetivos y nuestros caminos, que una
vez que hemos logrado marcar un punto final específico nos damos cuenta que si
hubiéramos puesto más atención a esa materia que nos resultaba aburrida en la
carrera, ahora se nos facilitarían las cosas; y quisiera ponerles un ejemplo
que a mí personalmente me sucedió…durante el pre-grado desestimé e inclusive
subvaloré la materia de epidemiología y estadística, como buen estudiante de
medicina, me tronaba los dedos por empezar a ver pacientes, por entrar a
cirugías por jugar a ser doctor, años después la vida te da tantas enseñanzas y
te demuestra que esa materia que yo consideraba “inútil” se convirtió en una
herramienta muy fuerte en mi trabajo diario. De igual forma he tenido la
oportunidad de manejar gente y tenerla a mi cargo, ya sea como su supervisor,
como su jefe o como su “R” mayor, y otra gran enseñanza que la vida me dio es
el descubrimiento de los que saben de recursos humanos mencionan como el “real
motivador”, es decir, ese último peldaño que queremos alcanzar a lo largo de
nuestras vidas.
Ahora que quedó en espera una especialidad y que no
quedaste en la residencia, es un excelente momento para replantearte tu “real
motivador”; detenerte y no seguir la inercia de todos los que hemos terminado
la licenciatura de medicina, y seguir con una especialidad…al final esa
decisión te seguirá por el resto de tu vida, si decides seguir en la clínica,
evalúa que es lo que quieres hacer, quedarte en la asistencia y consulta,
inclinarte a la investigación o la docencia, en cualquiera de los casos, tendrás
que evaluar que especialidades e instituciones te darán una mejor oportunidad
para desarrollarte y desde ahora tomar ese camino. Si el interés no es seguir
viendo pacientes ni investigar o enseñar, entonces replantea cuál es el camino
y cuáles deberían de ser las herramientas que te permitirán llegar a este “real
motivador”, se honesto contigo mismo al momento de tomar las decisiones y
define realmente que quieres en la vida…ser una reconocido y afamado médico,
descubrir la cura de alguna enfermedad, ser el líder de muchos estudiantes,
desarrollarte profesionalmente, tener estabilidad económica, crecer en un gran
corporativo, todas ellos son objetivos legítimos pero desafortunadamente no
siguen el mismo camino.
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