lunes, 11 de noviembre de 2013

La Industria Farmacéutica: Un Gran Océano Azul para Médicos y Profesionales de la Salud



Sí, lo sé; desde que somos medicoblastos, ya tenemos alguna noción de desprecio hacia la industria farmacéutica. No sé si sea por nuestros maestros, que hablan peste de ella, o por ósmosis de la baja opinión que en general los profesionales de la salud tenemos hacia la comercialización de la salud. No sé si sea porque cuando entramos a una farmacia invariablemente dejamos correr nuestra furia al ver el precio de los medicamentos, o porque hemos visto demasiados pacientes que simple y sencillamente no pueden manejar adecuadamente su enfermedad porque no tienen los recursos económicos para comprar los tratamientos. El caso es que existe ese desprecio inherente, y es muy real.

Tan real, que un buen número de médicos no quieren tener ninguna relación con la industria farmacéutica. Tan real, que los que entran a trabajar en alguna empresa de la industria son marcados como  traidores. Y en los términos más cotidianos, es real simplemente por el hecho de que, si lees un artículo de cualquier revista médica, independientemente de su prestigio o su factor de impacto, cuando lees que el estudio fue patrocinado por la industria farmacéutica, automáticamente desconfías de los resultados, sin siquiera analizar el diseño y la metodología del mismo.

¿De dónde nace esta desconfianza tan marcada? Considero que es un hecho de la vida tan ineludible como el día y la noche; el objetivo de la industria farmacéutica, por definición, es vender medicamentos. Tan simple como eso. Existe todo un decálogo de la preocupación de la industria por la salud de los pacientes, y por mejorar vidas, y toda una gama de frases marketeras que suenan a que la vida es bella y hermosa, pero el fondo del asunto es el mismo. La farmacéutica, como cualquier otra empresa, busca generar ganancias y ser rentable, y esto lo logra a través del desarrollo y venta, principalmente de medicamentos, pero también de otros productos y servicios, como son vacunas, equipos diagnósticos, equipos quirúrgicos, etc. Esto, inherentemente, está contrapuesto a la tradicional misión del médico, de proveer salud en beneficio de los enfermos, sin esperar nada a cambio. Y mi perspectiva es que de esta falsa creencia nace la relación de amor y odio entre la industria farmacéutica y los profesionales de la salud.

Digo falsa creencia porque es ilógico pensar que el médico no reciba nada a cambio por su servicio; el médico, como cualquier otro profesional, vive de su profesión, y debe ser remunerado acorde. Y también considero que es una falsa creencia que la industria farmacéutica sea el demonio, porque, como cualquier empresa, es lógico pensar que vende sus productos, y con esto paga su operación y el desarrollo de nuevos productos; y esto, francamente, no tiene nada de malo, así como no tiene nada de malo que Lala venda leche y que Maseca venda tortillas, ambos productos esenciales que cubren necesidades básicas. Las empresas cumplen una función importante en la economía de los países, y dependen completamente de generar ganancias para poder ser sustentables. Las empresas del sector salud, incluidas las farmacéuticas, no son diferentes.

Muy posiblemente, y esto lo digo porque en este blog queremos ser lo más transparente posible, mi opinión está sesgada porque llevo trabajando 10 años en la industria farmacéutica. Pero creo firmemente en lo que digo. Creo que existe un gran malentendido entre los profesionales de la salud y la industria farmacéutica, y esto ha generado un ambiente de desconfianza; creo que ambos son responsables, y que ambos pueden hacer mejor las cosas. Pero el objetivo de este post no es resolver el conflicto existencial entre ambos; quise dar toda esta introducción porque lo que sí considero que es importante es quitarnos los prejuicios que podamos tener, y ver las oportunidades que la industria farmacéutica nos ofrece. Seguir pensando en la industria farmacéutica como el demonio no beneficia a nadie; lo importante es buscar y encontrar el terreno común, y ver de qué manera se puede colaborar para mejorar el sistema de salud y la salud de los pacientes mexicanos. Y si de paso, en el camino, mejoras tus propias condiciones de vida y laborales, pues qué mejor; ciertamente, eso tampoco tiene nada de malo.

Como hemos mencionado reiteradamente en este blog, nuestra misión es ayudar a médicos y profesionales de la salud a alcanzar sus metas laborales, sea dentro o fuera de la clínica, y para todos aquellos que decidan por un camino fuera de la clínica, una opción interesante es, decididamente, la industria farmacéutica. En el futuro escribiré sobre las funciones particulares que un profesional de la salud puede desempeñar dentro de la industria, pero ahora quiero limitarme a hablar, en general, sobre los beneficios de trabajar para una empresa de este sector.

Aunque es lo más obvio, dejemos lo material de lado; basta con decir que la remuneración es muy generosa, y las prestaciones más. Sinceramente, creo que esto no es ni lo más importante, ni una razón primordial por la cual deberías considerar una opción en esta industria; pero es un hecho que serás bien recompensado por tu trabajo.

Más que eso, los puntos a considerar son tus motores para considerar un empleo en la industria. En el mundo utópico, el motor principal debería ser porque realmente te gusta el trabajo y lo que haces. Bien pudiera ser el caso, y por supuesto esa es la mejor razón para buscar un trabajo en la industria; claro que para llegar a esta conclusión, primero tienes que probarlo y corroborar si efectivamente es lo que te gusta hacer. Lo que a mi me ha tocado presenciar es como un término medio; a la mayoría de los profesionales de la salud no les apasiona trabajar en la industria, pero tampoco les disgusta, particularmente. Como en todos lados, hay actividades que te gustan, y otras que verdaderamente tratas de evitar a cualquier costo. Pero en general, es un trabajo que puede llegar a ser muy interesante y muy retador.

Puede ser que estés buscando un trabajo con horarios predecibles, por la razón que sea: pasar más tiempo con tu familia, tener libertad para hacer tus cosas, lo que sea. Si estás buscando un trabajo con horario fijo, esta es una buena opción. Dos cosas importantes: una, dependiendo de la posición, puede no ser horario tan "de oficina", pero usualmente las farmacéuticas son flexibles en cuanto al horario, por lo que si tienes libertad. Y dos, en general trabajar en la industria implica viajes, tanto nacionales como internacionales, que es otro factor a considerar. Por supuesto que esto debería, en condiciones ideales, ir acompañado de un gusto por el trabajo; sin embargo, en mi experiencia, creo que ésta es la razón número uno por la cual profesionales de la salud trabajan en la industria farmacéutica, incluso durante muchos años. Y además, esto empata bien con tener una consulta médica de medio tiempo.

Otra razón importante pudieran ser las opciones para desarrollarte; en términos generales, es muy posible hacer carrera en la industria farmacéutica, lo que te permite ir escalando posiciones con diferentes actividades y responsabilidades, que es un camino atractivo para quien busca una trayectoria a largo plazo. Adicionalmente, las farmacéuticas transnacionales tienen el encanto de poseer subsidiarias en un gran número de países, lo que potencialmente te abre las puertas para desarrollarte en todo el mundo. Y como cereza en el pastel, también tienen mucha apertura para invertir en tu formación académica, a través de cursos de desarrollo de habilidades, e incluso con programas para estudiar posgrados. Yo soy la prueba viviente de esto, ya que una de las farmacéuticas en la cual laboré cubrió el costo total de una maestría que cursé; y no fui el único.

Ahora, veamos la otra cara de la moneda: si lo tuyo es la clínica, ésta definitivamente no es una buena opción para ti. No vas a estar en contacto con pacientes, y la mayoría de tu tiempo será consumido por tu trabajo. Mencioné que puedes tener una consulta y trabajar en la industria, lo cual es totalmente cierto; pero aclaro que es una consulta de medio tiempo, y no representará, ni por mucho, una cantidad significativa de tu tiempo. Le podrás dedicar un tiempo razonable y tener un flujo decente de pacientes, pero estará muy lejos de ser tu actividad primaria.

La desventaja más importante a destacar, para mí, es el conflicto de intereses que puede surgir, sobretodo si eres médico de hueso colorado. Si eres idealista, y sinceramente crees en el juramento de Hipócrates y la búsqueda del beneficio de los enfermeros a través de tu trabajo, vas a tener unos primeros meses sumamente difíciles en la industria. Vas a chocar con paredes que no sabías que existían, y vas a entrar en crisis existencial sobre la ética de tu trabajo. La buena noticia es que, si aguantas los primeros trancazos, la crisis pasa, y te darás cuenta de que no tienes que comprometer tus principios ni tu ética para trabajar en la industria. Lo que sí tienes que hacer es desarrollar una visión más amplia de la salud, y los recursos, económicos, humanos y de infraestructura, que implican proveer una atención médica. Y creo que esto no es ajeno a la industria farmacéutica; si eres médico institucional, y como dicen por ahí, estás obligado a practicar "medicina basada en existencia", entenderás muy bien el punto.

En conclusión, creo que hay buenas razones para considerar un trabajo dentro de la industria farmacéutica, pero también considero que definitivamente no es para todos. He visto médicos que son muy felices trabajando durante años en ella, y también he visto médicos que no aguantan ni 3 meses por el choque cultural que les provoca. Piensa muy bien si las razones que comentamos te hacen sentido, y espera los siguientes posts sobre posiciones específicas.

Lo que para mí es una realidad, es que la industria farmacéutica es un gran océano azul para los profesionales de la salud que quieran navegar en ella; y no sólo para médicos, sino también para otras profesiones de la salud.



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