martes, 29 de abril de 2014

Explorando Libros: Mentes que Educan (Teaching Minds, Roger Schank)



Mentes que Educan: Cómo la ciencia cognoscitiva puede salvar nuestras escuelas
Roger Schank

El profesor Roger Schank, con décadas de experiencia en algunas de las prestigiosas universidades de los Estados Unidos, nos revela una perspectiva radicalmente diferente de la educación actual, y cómo podemos utilizar el conocimiento adquirido a lo largo de los años en ciencia cognoscitiva para hacer del aprendizaje en las escuelas una experiencia satisfactoria y efectiva.

Sabemos, gracias a múltiples encuestas y estudios al respecto, que el sistema educativo está fallando en su propósito básico: convertir a los jóvenes estudiantes en personas productivas para sí mismos, y para la sociedad. En nuestro suelo Mexicano, basta con mirar algunas cuantas estadísticas básicas para saber que la educación no está rindiendo los frutos esperados; quienes tuvieron la oportunidad de ver el resonado documental “De Panzazo” (que para aquellos no mexicanos que lean esto, es una frase que hace alusión a aprobar un curso con la mínima calificación suficiente, habitualmente 6 en una escala del 1 al 10) conocen de las muchas deficiencias que tiene nuestro sistema educativo, y de los pobres resultados que está entregando.

¿Qué tiene todo esto que ver con lo que nos concierne en este blog? Mucho; la educación médica también está plagada de deficiencias que necesitamos corregir para enfrentar los retos del futuro. De entrada tenemos un paradigma en nuestra contra; la Medicina avanza diariamente a gran velocidad, y no hay forma en que podamos mantenernos actualizados, debido a la enorme cantidad de información nueva que se está generando constantemente.

Y por otro lado, ¿sabemos, realmente, qué tan efectiva es la educación médica que proporcionamos? Me preocupa que anualmente se gradúan alrededor de 11 mil médicos generales de las escuelas de Medicina del país, de los cuales más del 85% pretenden buscar una especialidad, pero menos del 30% de los más de 25 mil aspirantes anuales tendrán la oportunidad de ingresar en una residencia a través del ENARM; y el resto, aunque pudieran ser la fortaleza de nuestro sistema de salud, y la solución a una buena cantidad de nuestros problemas, carecen de la preparación adecuada para tener una práctica médica exitosa, y son percibidos, tanto por la comunidad médica como por la sociedad, con desconfianza, como una mala alternativa a los especialistas. Y todo esto pudiera ser solventado a través de un sistema sólido de educación médica.

Regresando a Mentes que Educan, el profesor Schank relata que las escuelas, actualmente, no enseñan lo que los estudiantes quieren aprender, sino las materias que queremos enseñar. Hay una diferencia fundamental entre las materias escolares, que son esencialmente teóricas, y las que él llama materias de vida, que son principalmente prácticas. El autor establece que los profesores no están entrenados para enseñar; son expertos en la materia, pero no en el arte de la educación. Menciona que la educación efectiva busca ayudar al estudiante a que aprenda lo que él quiere aprender, no lo que la escuela le quiere enseñar.

El libro también menciona que no puedes enseñar lo que no está acorde con quienes somos como personas; nuestras creencias y nuestros valores. Y dado que todos tenemos diferentes creencias y valores, no funciona la educación única y estandarizada para todos los alumnos, ya que cada estudiante tiene intereses diferentes. La educación estandarizada es buena para la escuela, porque facilita su implementación; pero no es buena para los alumnos, ya que son más felices y aprenden mejor cuando escogen lo que quieren aprender.

Esto me sonó muy acorde con lo que sucede en la educación médica; aunque todos iniciamos como médicos generales, la especialización es el camino natural que la mayoría de los médicos siguen, en teoría buscando individualizar su aprendizaje en la especialidad o sistema del organismo, que es mas afín a sus intereses. Y todos, como médicos, solemos tener nuestros temas favoritos dentro de la Medicina. 

Me pregunto, siguiendo las recomendaciones de Schank: ¿qué pasaría si desde el inicio pudiéramos escoger las materias que son más afines a nuestros intereses, para aprender y tratar las enfermedades que más nos llaman la atención? Por supuesto hay quien argumentaría que necesitamos saber todas las bases para hacer una evaluación integral de cada paciente. Sin embargo, creo que está claro que no necesitamos un conocimiento detallado de la anatomía del cráneo para evaluar a un paciente diabético; por otro lado, es información indispensable si buscamos convertirnos en neurocirujano. Y a su vez, no es necesario que el neurocirujano conozca con profundidad las diferentes insulinas para manejar a un paciente diabético; para eso seguramente lo referirá con alguien especializado en manejo de Diabetes.

¿Qué sucedería si nos enfocamos en que nuestros médicos generales sean verdaderos expertos en enfermedades de alta prevalencia, como Diabetes, Hipertensión, Obesidad, y en padecimientos comunes, como Infecciones de Vías Respiratorias e Infecciones Gastrointestinales? Y al mismo tiempo, quitamos de su curriculum temas que no necesariamente son necesarios en su práctica diaria, como las enfermedades autoinmunes o las enfermedades oncológicas.

No estoy seguro que sea la solución, pero claramente necesitamos intentar cosas diferentes a lo que estamos haciendo hoy en día, ya que no está funcionando. El profesor Schank habla de alinear la educación a los procesos cognoscitivos, argumentando que aprendemos a pensar pensando; enfocarse en estos procesos, en lugar de enfatizar el aprendizaje de datos, ayuda a desarrollar la habilidad cognoscitiva de pensar, que evidentemente es útil en cualquier disciplina y en cualquier oficio.

Los procesos cognoscitivos a los que hacer referencia son doce: predicción, modelación, experimentación, evaluación, diagnóstico, planeación, causalidad, juicio, influencia, trabajo en equipo, negociación y descripción. Afirma que se requiere un abordaje más práctico y menos teórico de la educación, y que debemos enseñar lo que los estudiantes requieren como adultos para funcionar en el mundo en el que viven.

Una lectura sumamente interesante, que presenta un abordaje totalmente diferente de la educación, y cómo podemos mejorarla para que los estudiantes se conviertan en profesionales preparados para realizar un trabajo, y que sean productivos y exitosos al realizarlo. Muchas de sus propuestas creo que son completamente aplicables a la educación médica, pero sólo si estamos dispuestos a generar un cambio radical en nuestra forma de educar.

En Competencias Médicas tenemos la firme creencia de que tenemos que educar de una forma diferente, y creo que nuestra filosofía está muy alineada con la propuesta de Roger Schank. Quizá todavía nos falta un abordaje tan innovador como el propuesto por el autor, pero definitivamente tenemos que comenzar de alguna manera, y definitivamente creemos en el poder de la educación en línea, como alternativa a la educación tradicional.


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