viernes, 31 de mayo de 2013

¡Qué dios se lo pague!

"…deberían hacerlo por vocación…"
"…es una profesión muy noble…"
"…crees que esté bien lo que me dejó el doctor…"
"…sabes, últimamente me han empezado a doler los riñones, ¿qué crees que sea?… ¿qué me tomo?..."
¿Cuántos argumentos como estos o parecidos no has escuchado en toda tu carrera médica?
Debemos de empezar a terminar con la cultura de: "…¡qué dios se lo pague!…".
Habitualmente las personas, incluyendo a personas muy cercanas a nosotros, creen que nuestro elección de carrera, sólo por tratarse de una profesión enfocada en la salud, no debería ser remunerada, o al menos no por ellos, si esto sucede con personas que conocen nuestra situación y son cercanas, que podemos esperar de compañías farmacéuticas, de compañías de investigación de mercados, de "amigos del amigo de un primo que no conoces".
En este post quisiera invitarte a que evaluaran objetivamente lo que has venido haciendo en los últimos años, como fue el periodo de clínicas, el internado y el servicio social, un año en el que "regalaste" 365 días de tu trabajo, para que pudiéramos tener "cobertura nacional".
Una vez que hagas esta evaluación objetiva, métete en la cabeza que hayas pasado o no el examen nacional de residencia, tienes 6 o 7 años (dependiendo de la universidad), estudiando medicina y tratando pacientes, y eso ya es una profesión que debería de ser remunerada, de la misma forma como se paga a un contador, a un licenciado. A veces creemos que el médico cobra por la especialidad, por la universidad de donde salió, por donde tiene el consultorio, etc. Sin embargo lo que puedo decirte es que el paciente, la industria farmacéutica, el tío, la compañía encuestadora lo que busca es tu experiencia y tus conocimientos.
Desafortunadamente en la carrera  no tenemos una clase que nos diga como cobrar, como cotizar tus conocimientos y decirle al paciente: "…son tantos pesos…"; incluso cuando llega el final de la consulta muchos le damos la vuelta diciendo "…le cobra mi asistente…". El modelo de estudio de la carrera de medicina, nos hace pensar desde un inicio que la profesión que elegimos "no debería de cobrar", pues está más allá del bien y del mal, es una camino donde salvas vidas, donde te acercas a dios. Y de esa forma es como nos van formando y alimentando este espíritu a través de películas, series, o bien por el internado o el servicio social, y peor aún porque algunos profesores así nos lo hicieron saber. Quizá cuando fuimos estudiantes, internos o residentes, participamos en un estudio que se estaba llevando a cabo en la institución, y dado que estábamos rotando por el servicio, o nuestro jefe del curso era el investigador principal, "participábamos" voluntariamente a fuerza, en el estudio; si ese estudio estaba financiado por la industria, resulta que ese trabajo que tú o yo desempeñamos en el protocolo, se le estaba cobrando al patrocinador, pero de ese dinero nunca vimos nada, pues "era nuestra obligación como parte de la rotación". Por otro lado algunas instituciones prohíben que los estudiantes o residentes trabajen en su consultorio, en otro hospital aún en su tiempo libre, y eso explica porque a los 25 años o más no hemos desempeñado un trabajo que sea remunerado y que no sepamos cobrar.
Una enseñanza muy grande en cuanto al costo me la hizo un profesor, que nos platicó la siguiente anécdota. En una ocasión estaba en una fiesta cuando un familiar se le acercó mientras estaba bailando con su esposa y le preguntó que qué especialidad tenía, y después le dijo que había empezado con un dolor en la espalda y que si le podía dejar algo, a lo que él contestó…claro que sí, descúbrase el vestido, déjeme revisarla y le dejo algo para ese dolor, la familiar puso cara de sorpresa y respondió que mejor luego lo veía en el consultorio. Las personas pueden llegar a pensar que como para dar una diagnóstico o escribir una receta no es necesario un consultorio o una computadora, entonces no deberías de cobrar, al final sólo es una pregunta, pero lo que tienes que ver es que esa misma pregunta en el contexto de un consultorio con un médico que no fuera tu familiar te costaría la consulta.
Y mi post no sólo es para que cobren la consulta a sus familiares, va más allá…lo que deseo es concientizarlos, de que su trabajo vale y deben cobrarlo. En mi consultorio, en ocasiones hago descuentos o no cobro la consulta si el paciente se ve que no puede pagarla, pero eso no es deducible de impuestos, no puedo pedir un descuento en el supermercado o en la gasolinera, y creo que tampoco me aceptan el argumento de: "…esta semana dí 2 consultas gratuitas, cree que pudiera cobrarme menos por el tanque lleno…". Como dije no sólo se trata de que aprendas a cobrar a tus conocidos, se trata de que valores tu trabajo. A veces las compañías farmacéuticas te hablan para que seas su ponente o que si puedes ayudarles con una presentación, o bien que si pueden hacerte "unas preguntitas", debes saber que ese tipo de trabajo está reconocido como asesorías y debería de ser remunerado, pues están buscando tu consejo y tu experiencia para darle forma a una estrategia de comercialización y de venta.
Desafortunadamente los tiempos son difíciles, pero en la medida en que sepamos darnos nuestro valor y cobrar por ello, irán desapareciendo las consultas de $10.00 pesos del Dr. Simi, o las exposiciones de cuates para el representante.
Tienes una licenciatura y debes cobrar por tus conocimientos y tu experiencia. La próxima vez que oigas: "qué dios se lo pague", respondamos…"que le parece si mejor me lo paga usted".   

No hay comentarios:

Publicar un comentario